Introducción

La vida de los pueblos en esta tierra está marcada por la carencia de una identidad legítima y verdadera dentro de la historia universal. La Plataforma Digital “Izquierda Unida”, tratará de esclarecer el camino que nos lleve al reencuentro con esa identidad perdida y así consolidar la unidad de los pueblos hermanos.

Haciendo un breve repaso histórico: la invasión colonialista, irrumpe el desarrollo social de las grandes culturas étnicas (los mayas, los aztecas, e incas) y otros grupos de menor desarrollo evolutivo en todo el territorio indoamericano. Es de allí que se sufre un primer gran cambio violento, y, la Indoamérica jamás volvería a ser la misma. El genocidio en masa, la imposición de una nueva cultura, la explotación física, las nuevas enfermedades que trajeron los europeos y que hicieron estragos en la población nativa, dieron lugar a este triste escenario que comenzaba.

Llego un momento en que hubo la escasez de mano de obra nativa, producto del gran índice de mortandad, fue así que los europeos optaron por incursionar esclavos negros que fueron traídos de África.

Volviendo a hacer mención, de la carencia de identidad que sufren los pueblos del mundo, es que surge una interrogante que no se escapa del consciente social del ser latinoamericano y caribeño:

¿Es éste el único factor que impide la unidad entre los pueblos del mundo para construir su propia y verdadera identidad mediante la hermandad y solidaridad?

No, a raíz de esta interrogante, se cree que si hay una explicación mucho más profunda. Posterior a la etapa de emancipación, que comenzó con los próceres, por citar algunos de ellos: Simón Bolívar, José Martí, Bernardo O’Higgins, José de San Martín, se siguió transitando una etapa neocolonial donde ya no era España la metrópolis, sino que pasábamos a ser dependientes de Francia e Inglaterra y luego con el tiempo, dominados hasta el día de la fecha por los Estados Unidos.

Todo indica que la metrópolis europea, durante el proceso colonial, logró devaluar la economía de las altas culturas que dominaban las ciencias y el comercio, a través del océano pacífico como eje del intercambio entre éstas, que hasta el siglo XIX mantuvieron a Europa como un mundo periférico, porque   no    formaba    parte    de    éstas    civilizaciones    que habitaban la Mesopotamia, la China, la India, entre y que fueron cuna de las más importantes y predominantes civilizaciones que comprende a toda la historia universal.

Si Europa fue hasta fines del Siglo XIX una región periférica: ¿Cómo pasaron a ser en tan poco tiempo centro de la economía y el comercio mundial?, y, siendo que las altas culturas dentro de la historia universal no fueron las europeas en torno al mar mediterráneo, si no aquella situada en Egipto, la Mesopotamia.

Dussel plantea que el eurocentrismo de nuestras ciencias sociales es que nos creemos el centro del mundo, pero no nosotros, sino los europeos, y nosotros lo repetimos colonialmente como si fuera nuestra cultura, siendo que a su vez es una cultura que tampoco es la nuestra en el fondo. (Chile,2018).

Ahora bien, el estudio de los procesos históricos de la colonización e independencia de los pueblos del mundo, se han ido constituyendo como unos de los temas de interés más sobresalientes de las ciencias sociales incluyendo a la filosofía, donde diferentes campos (educativo, cultural e histórico, entre otros), influyendo en la consciencia colectiva de los diferentes pueblos que comprenden la América Latina y el Caribe.

Otro punto es la evolución tecnológica; se vive en un mundo más conectado, la Internet se hace presente, las redes sociales han servido como medio de convocatoria para manifestaciones públicas, pero también permite unir las fuerzas revolucionarias y desenmascarar las mentiras de los grandes medios.

Si antes, los grandes monopolios de la información, lograban influir y condicionar las mentes de numerosas personas – y aún lo continúan haciendo – hoy la posibilidad de las redes sociales y otros espacios virtuales, permite a los revolucionarios, apropiarse de ellas, emplear sus propios algoritmos, y emplearlas como herramienta de trabajo para la preparación política e ideológica de las grandes masas y lograr la verdadera unidad e integración de los pueblos.